¡Hola! Soy Estefanía Rodríguez Díaz, y me encanta que estés aquí para que conozcas más sobre mí y de cómo he llegado a esta profesión.
Desde pequeña algo me impulsaba siempre a ayudar a los demás, era algo natural que no me requería esfuerzo. Y desde ahí, me titulé de mi primera profesión; “Técnica en cuidados Auxiliares de Enfermería”. Parece fácil al inicio, pero cuando comprendí que atender a enfermos y sus familiares no era una operación matemática que los iguala, sino un trabajo de empatía y emocionalidad personalizado que va más allá de lo físico, me di cuenta de que lo «fácil» fue un simple pensamiento mágico.
Antes de comenzar mis prácticas en el hospital a mis 18 años viví mi mayor pérdida, la muerte repentina de mi madre. El mundo se me vino encima y pasé muchos años arrastrando ese dolor y todo lo que venía a raíz de ese suceso, porque no se trata solo de lo que pasó, sino de todo lo que vino después lo que hace que el camino se vuelva más oscuro y difícil de transitar.
Después de lo que viví me quedó claro que nadie está exento de la pérdida y el dolor, pero sí supe que mi experiencia vital se iba a convertir en servicio para quienes están viviendo el suyo, acompañándolos en su duelo y enseñándoles que sí se puede volver a ser feliz después de un gran dolor.
Así que tomé la decisión de darle sentido eligiendo mi segunda profesión en tiempo, pero la primera en mi lista de vida; “Acompañante en procesos de duelo y muerte” y “Tanatóloga” con especialidades en espiritualidad.
En la actualidad sigo formándome para dar el mejor servicio a la vida y a quienes están atravesando un gran dolor.