Año nuevo, mochila vacía


Feliz entrada de año queridos lectores. Es una alegría para mi empezarlo aportando un pequeño espacio de acompañamiento. 

No es nada nuevo que con el fin de año llegan a nosotros todos esos propósitos para este nuevo que comienza, el 2020. 

Y es maravilloso estar abiertos a que el nuevo año sea próspero, pero me pregunto en qué condición estamos nosotros para recibir realmente. ¿Nos creemos merecedores de obtener eso que queremos?, ¿Hemos dejado espacio para lo nuevo soltando lo que no nos pertenece?  

Existen posibilidades maravillosas para cada uno de nosotros, pero para recibir debemos estar en apertura y para ello tenemos que soltar, liberarnos de todo lo que no nos pertenece y cerrar ciclos.  

La gratitud es la herramienta más eficaz para soltar. No es sencillo, ya que debemos hacernos responsables de nuestra parte y para eso hay que tomar consciencia de que nada nos sucede para castigarnos o hacernos sufrir, sucede porque así debe ser para nuestro aprendizaje y evolución en este plano. 

Con esta entrada de año los animo a que descarguen de su mochila todo lo denso y así empezar este 2020 más livianos. 

Entiendo que es un proceso complicado y más aún si el peso lo cargamos de tiempo atrás, pero hay una forma sencilla de hacerlo y la parte más importante es el compromiso que cada uno tiene consigo.

¿Como soltar? 

 Antes que nada, coge una libreta y busca un momento para ti, es necesario que te tomes el tiempo para hacer este ejercicio. 

  • Hay que identificar qué llevas cargando, qué es lo que te pesa. 
  • Una vez identificado escribe todo lo que tengas adentro, todo aquello que dirías acerca de esa persona o situación, es importante que no dejes nada atrás. Recuerda que el papel lo aguanta todo. 
  • Cuando no quede nada más que añadir escribes esto justo debajo “Gracias por todo lo que esta (situación o persona) me aportó. Cierro este ciclo de mi vida desde el amor y agradecimiento, entendiendo que todo es como debe ser para mi mayor bien. Suelto y confío. Gracias, gracias, gracias»
  • Finalmente lo lees en voz alta y después de manera amorosa y respetuosa destruyes la carta. Mi manera de hacerlo es cortarla en trocitos pequeños y soplarlas al viento, pero eso es una elección personal. Lo importante es que sea desde el amor, respeto y agradecimiento. 

Bienvenidos a un año lleno de maravillosas posibilidades 

Abrazo de luz 

www.revistael29.com

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