La amabilidad, ¡un milagro para muchos!

¡Feliz entrada a un nuevo mes queridos lectores!  

 La amabilidad no es un don que solo nos toca a unos pocos, es un comportamiento del que todos podemos alimentarnos para la vida, para el buen hacer y decir en cualquier circunstancia. De hecho, me atrevo a considerar que ser amable es lo más parecido a un milagro, pues ¿cuántas veces la amabilidad no ha sido salvadora de alguien? 

 Justo de eso trata el artículo de este mes, no de ser salvadores de todo el mundo, pero sí de poner la amabilidad al servicio, como herramienta mágica ante alguien que está a punto de caer al vacío. 

 Y quizás se preguntarán ¿por qué tengo que ser amable con quien no conozco?, o ¿por qué ser amable con quién me ha tratado mal? 

Si te has hecho la primera pregunta he de decirte que, eres tú quien más necesita amabilidad. Y si te has hecho la segunda he de decirte que “el comportamiento de otros no debería convertirse en un espejo para ti”, quizás la otra persona justo hoy es quien más necesita amabilidad de tu parte, pues si la tuviera te habría tratado con ella de la mano. 

Creemos que MORIR es lo más difícil y duro que nos puede acontecer, pero les aseguro que el reto más grande es VIVIR, vivir cada día con todo lo que nos va sucediendo, porque la vida no nos regala un plan definido de cómo será nuestra siguiente jugada; simplemente nos toca ir un día a la vez ignorando el próximo capítulo de nuestra historia, y precisamente por ello no podemos saber cómo vamos a reaccionar mañana o dentro de una hora. 

Así que una forma de lidiar con lo desconocido aún, es SIENDO AMABLE, amable contigo primero, dándote el empujoncito cariñoso para afrontar aquello que llega, pues si eres capaz de hacerlo contigo podrás llevarlo de la mano para ser amable con esa persona que quizás hoy ha tenido el peor día de su vida. 

Las personas no son un cálculo matemático, lo que haga el otro no debería ser lo que marque el comportamiento que sigue, quizás marca “causa y efecto” en su vida, pero no en la tuya. Al fin de cuentas cada uno da lo que tiene, o ¿qué podrías dar tú hoy si de repente sucede algo muy doloroso para ti? 

¡Eso es!, darás quizás confusión, enfado, dolor…Entonces, partiendo de esa base ¿cómo te gustaría que actuaran contigo en ese caso? 

“Trata al otro como te gustaría que te trataran a ti”; teniendo en cuenta claro está que no somos seres perfectos, somos seres emocionales y en algún momento podemos equivocarnos, pero es de sabios rectificar, pues el error no es errar, el error es no darse cuenta y repetir la misma tirada una y otra vez. 

La amabilidad puede presentarse de tantas formas. En una sonrisa, una mirada, un gesto de ternura. No tenemos que ser salvadores, solo basta con ser cómplices del amor y la esperanza, para que esa persona que hoy no puede sostenerse reciba un gesto amable que le permita sentarse a descansar de la vida para poder seguir su camino. 

Que la amabilidad sea tanto de ti, como para ti. 

 Abrazo de luz. 

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