Feliz entrada a un nuevo mes queridos lectores, esta vez les traigo un tema que ha elegido un fiel seguidor y al que agradezco haber participado en aportar a esta comunidad tan linda. ¡Gracias!
Lo cierto es que me siento bendecida, pues yo los acompaño a ustedes, pero ustedes de algún modo u otro me acompañan a mí aportando ideas que parten de su sentir. Y tanto el tema de hoy como el título ha sido para mí un regalo en esta ocasión.
Seguro que todos hemos escuchado la frase que dice “Si hay vida hay esperanza”, y justo conversaba con alguien el otro día sobre la vida y me nombró esta frase a la inversa; “Si hay esperanza hay vida”, tal coincidencia que este mes iba yo a escribir sobre la esperanza y ahí apareció el título ideal, así que agradezco también a esta persona por formar parte de este artículo. ¡Gracias!
Totalmente de acuerdo con esta frase, “Si hay esperanza, hay vida”. La esperanza nos sostiene ante cualquier circunstancia, nos alienta y nos sirve como bastón para seguir viviendo. El simple hecho de estar vivos ya nos indica que todo va a mejorar, pues “sí pasó, pero ya pasó” y todo, absolutamente todo siempre es por ahora.
El dolor que sientes ante lo que estás viviendo no tiene tu vida comprada, no te pertenece, no se va a quedar ahí siempre, solo forma parte de un proceso más en tu camino.
Sé que consideras que estás viviendo o viviste una injusticia, que lo que te sucedió no lo merecías, pero ¿cambiarías lo hermoso vivido, para evitar el dolor de haberlo perdido?
La vida es un hermoso regalo lleno de posibilidades para sorprenderte, solo tienes que ampliar la visión de túnel que no te deja ver más allá de eso que está pasando, esperanza; es tener la certeza de que “Esto que estás viviendo, no te va a destruir, te va a convertir en una mejor persona”, es saber que la ganancia también entra en tu camino a pesar de las pérdidas.
La esperanza es saber que todo lo que viviste antes de ese suceso nada ni nadie te lo puede arrebatar, porque ya forma parte de ti, de tus recuerdos y eso ni siquiera la muerte; creyéndola algunos como el fin absoluto, se lo puede llevar.
La esperanza es vivir un día a la vez, es una espera con paciencia y sin dejar de andar, pues, aunque vayas más despacio debido a que el camino es difícil de transitar en este momento, lo importante es que sigas adelante, poco a poco.
No te agarres al enojo, a la ira, al odio, agárrate a lo bonito de la vida, a una sonrisa, un amanecer, una flor, una mirada, un baile. Eso es vivir con esperanza, teniendo la certeza de que “Todos los cambios que suceden, si bien no todos son buenos y agradables, siempre, siempre son para mejor”, ya que en la inmensa oscuridad es donde se puede distinguir mejor la luz; la luz que te guiará de vuelta al camino que te tocó transitar en este viaje llamado vida.
Recuerda que la esperanza no es lo último que se pierde, lo último que se pierde es la vida y esta se va cuando vivimos en desesperanza.
Te abrazo inmenso.