Vivir preocupados

Quiero comenzar la entrada de año compartiéndoles sobre este tema que, aunque aparentemente ante la sociedad es un hábito común, no es para nada sano y nos limita a vivir cada día plenamente sacándonos del presente constantemente. 

Preocuparse es una reacción común que tenemos ante una situación que nos inquieta y debemos resolver, pero también se ha vuelto común preocuparse por algo que aún no ha sucedido y que ni siquiera tenemos la certeza de que realmente suceda. Es como vivir un duelo anticipado y eso desgasta muchísimo, no es vida.  

Nos estamos desocupando de lo importante para preocuparnos por aquello que; si bien es cierto es una posibilidad en la vida, también lo es que solo ha sucedido en nuestros pensamientos. 

Pero imaginemos que sí que existe un motivo por el que la preocupación tendría excusa de ser, ¿realmente nos va a ayudar a cambiar las cosas para mejor?, claro que no, lo único que hará es quitarnos la oportunidad de ocuparnos con serenidad y claridad, que si bien esto tampoco garantiza que todo suceda a nuestro favor; pues la vida no es siempre como queremos, sí que nos permitirá vivir en el presente sin angustiarnos de más.  

Hay una frase que escuché hace muchos años y se me quedó grabada a fuego que dice; “Si tiene solución ¿de qué te preocupas?, y si no tiene solución ¿de qué te preocupas?”, si en nuestra mano está resolver algo solo será posible desde una energía de calma y claridad, y si no está en nuestra mano estaremos perdiéndonos grandes cosas dejando que la preocupación se instale con nosotros. 

Hoy día nos preocupamos por tantas cosas, desde que nuestros hijos lleguen a casa sanos y salvos, que nuestra pareja nos sea fiel y nos ame, que el médico nos diga en el estudio clínico que todo está bien, hasta cosas como que la programación que ideamos salga perfecta, que los zapatos combinen nuestro conjunto, que en el trabajo me reconozcan, etc. Pero al final estamos perdiéndonos la vida decretando en nuestra mente, porque recuerden que “lo que desees te será concedido”, nuestras palabras y pensamientos tienen un gran poder y ya no lo digo por el hecho de que literalmente pueda suceder tal cual, sino porque si cada vez que los hijos salen por la puerta lo último que escuchan es: “hijo mío ve con cuidado no te vaya a pasar algo, porque si te pasa algo me muero”, suena duro, pero es una realidad tan constante. ¿Cómo sale ese hijo de la casa?, primero sale angustiado porque ya le dimos un miedo que no le pertenece, segundo le damos la responsabilidad de no morirnos y esa salida ya no la disfrutará en plenitud, entre otras muchas cosas que puedan derivar de ese comportamiento…  

Algo que yo utilizo mucho con mis seres queridos es “ve con Diospues allá donde mis brazos no te pueden proteger él lo hará». Y es una buena alternativa para dejar de usar otros términos o frases limitantes. Porque finalmente preocuparse no es amor

Es cierto que en el mundo existen muchos peligros pero también muchas bendiciones y si estamos conscientes de que ni queriendo podemos evitar ciertas cosas, vale más quedarse con el buen sentir y buen pensar, porque vale la alegría vivir sin preocuparse constantemente, pero ocupándose de lo que sí controlamos que es la manera en la que vivimos a pesar de…Viktor Frankl decía “Al ser humano podrán arrebatarle todo, pero jamás la última de las libertades, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”.

Ocupémonos del presente pues el futuro es totalmente incierto. 

Abrazo de luz  

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